domingo, 15 de enero de 2012

JAVIER ALVARADO HACE LO QUE QUIERA PORQUE LOS CONGRESISTA DE LA REGION LIMA NO LO FISCALIZAN

LA MAYORIA DE LOS CONGRESISTAS DE LA REGION LIMA AXEPCION DE MELGAR TIENEN FAMILIARES TRABAJANDO EN DICHA INSTITUCIÓN POR ESAS DADIVA NO LO FISCALIZAN

¿DÓNDE ESTÁN LOS

PERIODISTAS  MUCKRAKING?

 

Escribe: Néstor Roque Solís (*)

 

Periódicos y radios de circulación regional están siendo comprados sus editoriales a buen precio por el Gobierno Regional de Lima. “La prensa se malea cada día más en el Perú” lo dijo hace muchos años Ricardo Palma  (1889)

Relacionados al poder regional de manera directa o indirecta por su dependencia de la publicidad, entre otros factores, la prensa regional ha perdido casi todo el vigor social que la caracterizó, y le dio fama hace pocos años  en las Provincias de Lima. Los problemas de la gente común, la corrupción, el desempleo, la explotación: ya no forman parte del sumario, como hace algunos años en la región, cuando el periodismo contribuyó a adecentar con una pléyade de comunicadores de primer nivel.

En el año 2011, la prensa regional pasó por alto el escándalo de la corrupción, el mayor despilfarro de dinero público en la administración del Gobierno Regional de Lima. Anteojeras ante el prevaricato de los poderosos, mentiras para apoyar el proyecto político del poder de Triunfa Perú de Javier Alvarado y Fernández Estrella: ¡he aquí el periodismo moderno y transparente que cacarea todos los días en la región Lima!

Si un perro muerde a un hombre –algo que ocurre todos los días– no es noticia. En cambio, si un hombre muerde a un perro, eso sí es noticia. Este precepto de sentido común ha sido machacado en todas las escuelas de periodismo, sin embargo, la prensa lo práctica en forma desigual. El calor en verano, las fiestas chichas de fin de semana, las notas de prensa con publicidad engañosa jamás saturaron tanto las antenas de radio y televisión. En cambio, la vida común de la gente común, su desocupación y sus luchas cotidianas desaparecieron de la agenda cotidiana de los medios de comunicación.  Hoy tenemos radio y prensa para el escándalo, para la frivolidad y para la propaganda política del poder de turno.

En otros tiempos, los periodistas sabían escribir, investigar sobre estos temas. Hacer algo más que reproducir los comunicados de las instituciones,  y difundir los emailes virtuales que les envían jueces, fiscales y  policías.

A esos periodistas valientes, honesto y que no se vendían por un plato de lentejas, se le conocía como los muckraking, una expresión que conjuga las palabras estiércol (muck) y rastrillo (rake). El lapicero hacía las veces de rastrillo; removía el estiércol acumulado  por las fechorías de los distinguidos ladrones de la alta sociedad. El lapicero arremetía contra los gobernantes-- no contra quienes se resistían a ellos—como lo hacen equivocadamente hoy muchos comunicadores.

 Esa clase de periodismo incorruptible tenía trabajo para rato ante un gigantesco paraíso de la rapiña, invadido por todas las variedades de plantas venenosas que engendra la pasión por el dinero. Hoy con los podridos de la política se han quintuplicado el paraíso de la corrupción y el saqueo ante la complicidad de los medios y el silencio de los honrados.

Las grandes empresas  mafiosas se unen hoy para favorecer a algunas  y arruinar a otras, tejer alianzas entre sí para aumentar las tarifas, sobornar a los gobernantes con el fin de obtener concesiones y subsidios, especular en el sector financiero, adulterar cuentas y comprar bienes sobre valorizadas. Todo ello sin peligro alguno, porque al lado de ellas, tenemos un Estado enano y un periodismo vendido. Los poderosos así lo pueden dominar todo.

Mientras los pobres deambulan por barrios  y ciudades ante la autocomplacencia de comunicadores insensibles, que escriben y hablan solo a favor de los poderosos. Es largo este látigo cuyo extremo desgarra la convivencia y la conducta de los pobres sin poder.

Si hay hombres que roban,  en los pobres crece el odio a la gente bien vestida y satisfecha. Hoy, los periodistas se encogerían de hombros, fustigarían las excusas sociológicas de la libertad de expresión, y los dueños  la libertad de empresa o de libre mercado.  Así se asemeja la realidad de la mayoría de periodistas de hoy.

En la región Lima Javier Alvarado Presidente del Gobierno Regional de Lima está logrando sus propósitos de tener todo el poder en sus manos: recurriendo a la fuerza, la amenaza y al silencio tarifado de periodistas. Semejantes métodos, en lugar de generar desprecio, son cada vez más admirados por el poder mediático pagado con los recursos de todos los peruanos. Festejan el éxito en sus fechorías, y así los hombres que triunfan con malas artes se convertirán quizás en candidatos nacionales, primero para ganar y después terminar en la cárcel, o bien sentenciado por la palabra del pueblo. El mundo está lleno de historias de cómo terminan los tiranos y traidores de las aspiraciones de sus pueblos.

¿Quién desempeñará hoy el papel de periodista investigador inspirando en la transparencia y lucha anticorrupción en la región Lima? ¿Quiénes lo harán, cuando los gobiernos locales y regionales de nuestra época los emplean y los hacen cambiar su línea editorial? De algo hay que vivir dirán muchos, después de pasar por la Oficina de Imagen Institucional de los gobiernos que han tomado la opción de comprar conciencias a cualquier precio, que antes de gobernar, solo saben silenciar para no ir al banquillo de los acusados por ahora. Pero la justicia llega tarde o temprano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario